viernes, 27 de diciembre de 2013

LA MENTIRA DE LA MOTIVACIÓN, OTRA POSTURA DIFERENTE


A continuación os adjunto un enlace, que me recomendó nuestro profesor y en el que he encontrado una opinión diferente con respecto a la educación y los temas que anteriormente había tratado en mi blog.


 
Es un panfleto, el cual se llama Panfleto Antipedagógico, en el que he encontrado un pequeño texto titulado LA MENTIRA DE LA MOTIVACIÓN, y el cual comienza con las siguientes citas:

 El maestro que enseña jugando acaba jugando a enseñar. El alumno que aprende jugando acaba jugando a aprender.
(UNAMUNO)

No hay nada que entontezca tanto como estos sistemas pedagógicos modernos, con estudios que parecen juegos, aborregadores, sin conflictos.
(GOYTISOLO)

El divorcio entre la vida y la cultura es lamentable, pero no puede evitarse por completo durante los años escolares.
(BERTRAND RUSSELL)
 
En el texto se defiende que los maestros no tienen la obligación de motivar a los alumnos, ya que esta creencia es una falacia que tanto padres, como alumnos tienen asumida y esto provoca una actitud pasiva en ellos de manera que su pensamiento en el aula es “A mí que me motiven”. En defensa de esta falacia, el escritor alega que un centro de enseñanza no es un circo y no hay que mentirles haciéndoles creer que el trabajo es un juego.

 “Hacerles creer que el trabajo es un juego es tan grave como hablarles de la cigüeña cuando preguntan de dónde vienen los niños. Si toda persona de sentido común sostiene que hay que informar sinceramente a un niño cuando se interesa por el sexo, o por el problema del alcohol, o por el de las drogas, no se entiende por qué se les ha de mentir cuando se les habla del trabajo, del estudio y del esfuerzo”

Considera como irresponsables a los profesores que defienden un aprendizaje lúdico, ya que los alumnos deben saber a lo que están jugando y con que están jugando, es cuestión de hacerles la disciplina más llevadera pero no eximirles de disciplina.

 ¿Y vosotros que opináis sobre esto?  ¿Motivar o no motivar?
En mi opinón creo que la motivación es algo muy importante, un alumno desmotivado no mostrara interes por lo que esta aprendiendo, es cierto que tampoco podemos jugar con esto y haccer que piensen que estudiar no es importante y hacer de todo esto un circo como se explica en el texto, deben aprender el valor que tiene la educación, pero para hacer eso no creo que haya que excluir a la motivación, ambos aspectos son importantes.

lunes, 2 de diciembre de 2013

EL PEDAGOGO PROGRESITA

La pedagogía progresista o educación progresista, bajo muy diversas denominaciones es un movimiento o grupo de movimientos pedagógicos de carácter progresista, críticos con la educación tradicional, a la que acusan de formalismo, de autoritarismo, de fomentar la competitividad y de constituir una mera transmisión de conocimientos mediante la memorización, pasiva para el alumno y ajena a sus intereses. Definiendo su modelo con los rasgos opuestos: educación práctica, vital, participativa, democrática, colaborativa, activa y motivadora. 

El modelo progresista está fundamentado en las ideas filosóficas que plantea el pragmatismo. Básicamente las ideas pedagógicas progresistas se hacen evidentes en las propuestas educativas de la escuela nueva. Un aspecto fundamental de esta tendencia es la propuesta de una transformación total del sistema escolar, convirtiendo al estudiante en el centro del sistema escolar alrededor de quien giran los procesos de la escuela.

Bajo esta perspectiva la escuela es creada para la vida, para llegar a ser el ambiente natural del niño y convertirse en el espacio en el cual el niño vivencia y aprende los elementos primordiales para el buen desempeño en su vida de adulto. El progresismo pedagógico propone que con la educación social, la sociedad asegura su propio desarrollo. La escuela nueva equiparó la educación con los procesos de desarrollo del individuo, y el concepto de crecimiento ha sido una de sus más importantes metáforas.

De Zubiría conceptúa:

“La escuela nueva rompe con el paradigma tradicional que explicaba el aprendizaje como el proceso de impresiones que desde el exterior se incrustan en el alumno. En su lugar, la nueva escuela defenderá la acción como condición y garantía del aprendizaje.”

 Este autor sintetiza cinco postulados básicos de la escuela activa:

·          El fin de la escuela no puede estar limitado al aprendizaje: la escuela debe preparar para la vida.
·          Si la escuela debe preparar para la vida, la naturaleza y la vida misma deben ser estudiadas.
·          Los contenidos educativos deben organizarse partiendo de lo simple y concreto hacia lo complejo y abstracto.
·          Al considerar al niño como artesano de su propio conocimiento, el activismo da primacía al sujeto y a su experimentación.
·           Los recursos didácticos serán entendidos como útiles de la infancia que al permitir la manipulación y la experimentación, contribuirán a educar los sentidos, garantizando el aprendizaje y el desarrollo de las capacidades intelectuales.


Para el progresismo pedagógico cada experiencia social es esencialmente educativa. Dewey consideró que la vida social es a la educación lo que la nutrición y la reproducción es a la vida fisiológica, por lo tanto la escuela es una institución social que debe concentrarse en los más efectivos medios para ofrecer al niño los recursos necesarios para cultivar la herencia cultural y desarrollar sus facultades para lograr fines sociales.



EL ANTIPEDAGOGO

“El maestro se vuelve antipedagógico cuando deja de sentir ese impulso por crear nuevas estrategias para enseñar y deja de experimentar con nuevas formas de enseñas”

“El maestro que se vuelve antipedagógico echa a perder un grupo que no aprenderá y probablemente creará un sentimiento de aversión hacia el aprendizaje fomentando el desgano y la apatía por la instrucciones educativas”

Los profesores antipedagógicos basan su legitimidad como profesores en el conocimiento de la disciplina y no en su capacidad de promover el aprendizaje. Consideran, así mismo, que la escolarización va aparejada al aprendizaje y, por lo tanto, el fracaso escolar se debe principalmente al alumno: o no trabaja o no tiene interés o no está capacitado para los estudios. Dicho de forma más tajante, tienden a considerar que el alumno que no aprende no debería estar en la escuela. O, por lo menos, en su escuela. En consecuencia, defienden la necesidad de diferentes itinerarios escolares según el grado de interés, de trabajo o de capacidad de cada alumno.

Los profesores antipedagógicos conciben un sistema escolar basado en la instrucción y no en la educación y defienden una escuela que se legitima por la tradición.

Os adjunto una crítica sobre esta postura antipedagógica, que he encontrado en la página de Instituto Iberoamericano de TIC y Educación:

“Cuando no consideramos al estudiante como individuo capaz de generar sus propios aprendizajes, sus propias experiencias de vida, cuando no le preguntamos y no averiguamos qué es lo que ya sabe o practica, cuando no respetamos el contexto socio-cultural que caracteriza la escuela, toda la información transmitida carece de sentido y significado. Es así, porque dicha información no parte desde el que aprende, y es lejana a las realidades existenciales de los alumnos. Quizá por ello muchos de nuestros estudiantes no entienden lo que le obligamos a aprender. En ese sentido, podemos decir que el sistema de enseñanza es antipedagógico porque no considera a quien aprende como legitimo otro, esto es, un ser humano con historia propia y características individuales intransferibles; de ahí que casi todos los procesos de enseñanza-aprendizaje que conocemos sean antipedagógicos porque no respetan la individualidad de la persona y la colocan en una “igualdad de condiciones” enseñando todo y a todos de la misma forma. Un proceso de enseñanza-aprendizaje pedagógico debería ser capaz de superar el nivel de información y según he podido ver, estos niveles son cuatro. Nivel informativo, significativo, relevante y trascendente. La mayoría de la información que entregamos a nuestros estudiantes nunca se transforma en conocimiento porque dicha información no se relaciona con sus vivencias, intereses o inquietudes. Para ir más allá del nivel de información y llegar a la trascendencia de la misma, los profesores debemos superar nuestros prejuicios, ir más allá de la especificidad de la disciplina o materia, buscar o crear las relaciones conceptuales que existen entre los distintos ámbitos de la vida y saber que no hay una sola forma de conocer y aprender ni un único camino para construir conocimiento.”

Luis Alberto Luizmayer Gutierrez